La Catedral de Valencia
La Catedral de Valencia es un lugar emblemático de la ciudad porque es una zona típica de reunión por parte de los turistas. Se ha convertido en un lugar de ocio y visita obligada para el visitante.
La monumental Catedral de Valencia es uno de los lugares preferidos y predilectos por los turistas para realizar fotografías y compaginar una visita cultural con pasar una tarde entre los comercios y las terrazas de la zona. Hay varias tiendas de souvenirs cerca de la Catedral para poder tener recuerdos de la estancia en la ciudad y bares y restaurantes para poder degustar platos valencianos.
Dispone de una planta catedralicia de estilo gótico, aunque en el resto del conjunto de la Catedral de Valencia hay una interrelación de estilos de diferentes épocas, tres espaciosas naves y un ábside con varias formas poligonales. Las obras de construcción y acondicionamiento de la Catedral de Valencia se emprendieron en el Siglo XIII por varios arquitectos de renombre en España y que luego participaron también en la edificación del Micalet (Campanar Nou o Torre del Miguelete).
Puertas principales de la Catedral
La Puerta de la Almoyna o Puerta del Palau tiene un marcado estilo románico, aunque con bastantes influencias del estilo mudéjar y de las variantes de oriente. Por el contrario, la Puerta de los Apóstoles es ya del Siglo XIV y sus esculturas son de varios tonos cromáticos. Esta portada de la Catedral de Valencia tiene influencia del estilo francés arquitectónico y es de gran belleza.
Además, el maestro de obras Andrés Julià construyó a mediados del Siglo XIV la Capilla del Santo Cáliz, recinto que da nombre a todo el conjunto de la Catedral de Valencia. Ya en el Siglo XVIII, el arquitecto alemán Conrad Rodulfo realizó el boceto de la fachada principal que dispone de una valla o verja de hierro muy característica y que se comunica con la plaza de la Catedral de Valencia.
Durante la Guerra Civil Española (1936-39) la Catedral de Valencia sufrió desperfectos en parte del coro y de la fachada, aunque no fueron de una gran importancia por lo que no se repararon en profundidad y además así se dejaba constancia del paso del tiempo y cómo había influido en la Catedral de Valencia.
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